Equipo que juega bien y gana, no se toca
“Equipo que gana y juega bien, no se toca”, es un principio bien reconocido en el mundo del deporte. Señala una sabiduría simple y efectiva: no hay por qué cambiar cuando hay éxito.
“Locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes” es una frase que se le adjudica al físico alemán Albert, para quien nada fue más sensato que repetir la acción si lo que se quiere es lograr igual resultado.
La máxima igualmente vale en la política. La coalición que gobierna la ciudad Capital de Corrientes lo sabe y lo está poniendo en práctica: “equipo que gana, no se toca”. Una importante reunión realizada a fin del pasado fin de semana tuvo como objetivo el preservar esa teoría y la experiencia de una forma exitosa de actuar colectivo.
Pero, en la política, el asunto es más exigente que en lo deportivo. Aquí hay que asegurar dos tipos de resultados: primero hay que ganar elecciones para después, sobre todo, gobernar con eficacia y para la gente.
Ganar y también gobernar, nunca es menos que eso. Lamentablemente, son frecuentes los casos de alianzas que ganan elecciones y resultan impotentes para gobernar. En los tiempos que corren, está a la vista el problema: sólo hay que mirar la deriva que acusa el gobierno nacional.
Ganar y gobernar: las dos exigencias
A fin del 2020, hubo una reunión decisiva en el partido pivote de la alianza electoral y de gobierno de la Ciudad de Corrientes. Se dieron cita los principales dirigentes del radicalismo de la ciudad. Senadores y diputados con arraigo en lo local, concejales y presidentes de distrito y, también, la casi totalidad de los miembros del Comité Capital. Fue la reunión que puso proa hacia el año electoral decisivo que se inicia.
En este 2021, la ciudad puede lograr un punto de inflexión en su historia contemporánea: reelegir un intendente y reelegir un gobernador. Pero, lo más importante, reelegir dos funcionarios que trabajan alineados. Ganar y gobernar bien.
La ciudad de Corrientes ha padecido una injustificable pauta histórica en estas décadas pasadas: la innecesaria desavenencia y desplantes entre provincia y municipio, que llegó a ser hasta una desgraciada costumbre de la política provincial y local.
Se dice mucho cuando se nombra “Ciudad Capital”. Es un territorio que se reconoce simultáneamente como municipio y como capital provincial. Una urbe, entonces, que debe satisfacer dos vocaciones, que debe lograr la armonía de esas dos funciones. Nada sufren más los capitalinos que los innecesarios conflictos y disputas de poder que dificultan este doble rol de la ciudad.
En este sentido, la reelección del gobernador Gustavo Valdés y del Intendente Eduardo Tassano viene a ser un umbral histórico: la concreción del modo de gobierno en el que la Ciudad puede ser Capital y la capital encuentra su Ciudad. No es un juego de palabras. Es, ni más ni menos, que aquello que los correntinos capitalinos han venido reclamando desde la instalación de nuestra democracia, allá por 1983: que ambos gobiernos exhiban capacidad para actuar en conjunto.
Hay un nombre ya popularmente definido para eso: “alineación Provincia-Municipio”. Se popularizó como un ideal porque la historia de Corrientes conoce casos de la provincia subordinando al municipio; e, incluso, casos, como en 1997, cuando el poder municipal pretendía subordinar al poder provincial. La novedad histórica, lo que hace nueva época a lo que se está logrando y debe ser consolidado este 2021 es la “alineación”. Alineación quiere decir, como lo indica la palabra, no subordinación sino actuar en conjunto, en la misma línea.
La gente de Corrientes quiere una alianza que gobierne en conjunto, que gobierne bien, quiere que una energía electoral se convierta en capacidad de gobernar con eficacia. Recordemos nuevamente lo que sucede en el plano nacional donde esa conversión parece malograda.
El equipo es una alianza
“Equipo que gana y juega bien, no se toca” quiere decir que los éxitos electorales del 2017 y del 2019 pueden y deben ser sostenidos en este 2021. Ese equipo es una alianza cuyo poder se asienta en una madurez política e institucional que ha ido creciendo.
Está creciendo la madurez política que se necesita. Una madurez que se manifiesta sobre todo en la depuración de personalismos y en efectivas reglas que pauten la negociación interna, reglas que más que dar espacio al veto faciliten el avance conjunto, algo que en política es siempre más fácil decir que hacer.
No cabe duda, la vida esencial de las alianzas, en Corrientes, está en los partidos. Como en todas las alianzas hay partidos pivote y hay partidos que hacen base, tomando también una terminología deportiva, en ese caso del basquetbol.
La secuencia de adhesiones a la idea de ganar y gobernar bien se ha puesto en marcha. A fin del año pasado, se puso en movimiento el radicalismo. Conforme a sus procedimientos estatutarios y calendarios internos otros partidos del mismo arco se están sumando.
Hoy, ya lo están haciendo Acción Correntina, los partidos Autonomista y Popular, el ARI.
Estos partidos ya se han se pronunciado a favor de buscar ganar la reelección de gobernador e intendente y a favor del modo de gobernar más racional y orientado al bienestar de todos: la alineación provincia-municipio.
El compromiso del sector parece ser la búsqueda de un mejor trabajo conjunto de provincia y municipio, para lo que el primer objetivo deberá ser la continuidad y reelección del equipo.
En las próximas semanas veremos seguramente sumarse más partidos a los pronunciamientos ya conocidos en favor de la reelección de gobernador e intendente de Corrientes, algo que no sólo pondrá a Corrientes ante esa inflexión en su historia contemporánea de la que hablábamos y ante el arribo de una política tal vez sin tanto espacio para la rencilla interna y personalista y más de lo que la gente quiere y necesita.
Alfredo Zacarias