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Nacionales Lunes 5 de Agosto de 2024

Según la UCA, la pobreza alcanzó el 55% y el 20% de la población es indigente

Según el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), el 54,9% de la población vive en situación de pobreza y el 20,3% se encuentra en la indigencia. Estas cifras se basan en los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, correspondientes al pri

Según el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), el 54,9% de la población vive en situación de pobreza y el 20,3% se encuentra en la indigencia. Estas cifras se basan en los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, correspondientes al primer trimestre de 2024.

La situación es especialmente grave en el Gran Resistencia, Chaco, donde el 79,5% de la población es pobre y el 38,6% es indigente.

Agustín Salvia, director del ODSA, resaltó, teniendo en cuenta la concentración de población, las tasas de pobreza e indigencia del Conurbano Bonaerense, que son del 62% y 25%, respectivamente.

Además, el especialista destacó el hecho de que más del 44% de los trabajadores residen en hogares pobres. “Todo ello a pesar de la sustantiva mejora que registraron la Asignación Universal por Hijo y las transferencias por Tarjeta Alimentar durante los primeros tres meses del año”, dijo.

A su vez, señaló: “Las tasas de indigencia y de pobreza infantil habrían alcanzado niveles casi récord: 7 de cada 10 niños viven en un hogar pobre, mientras que 3 de cada 10 lo hacen en un hogar indigente, es decir, con ingresos que no cubren el valor de una Canasta Básica Alimentaria”.

Cabe recordar que en el cuarto trimestre de 2023 la pobreza era del 45,2% y la indigencia del 14,6 por ciento. “Casi la mitad del incremento interanual registrado en ambas tasas, con respecto a los primeros 3 meses de 2023 (con tasas de 38,7% y 8,9% respectivamente), tuvo lugar antes de finalizar el año”, subrayó Salvia.

Las causas del agravamiento de la situación social a lo largo del año son variadas, pero desde el ODSA atribuyen el fenómeno principalmente a las diferentes devaluaciones y su impacto en los precios, sin que se hayan generado subas inmediatas y similares en los salarios.

Aseguran que hubo un antes y un después en diciembre de 2023, cuando se redujo fuertemente el consumo, se agravó la recesión y en consecuencia, cayó la demanda de bienes y servicios a los trabajadores autónomos, especialmente en el sector informal.

“Esto explica la caída en la pobreza de trabajadores asalariados formales y clases medias cuyas remuneraciones no lograron acompañar a la inflación (incluidos los jubilados y pensionados), al mismo tiempo que caían en la indigencia trabajadores informales pobres ante la falta de demanda de trabajo y mayor competencia de precios; o, incluso, jubilados con haberes mínimos sin otros ingresos”, consideró Salvia.

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